Partimos de nuestro largo, flaco y querido pedazo de tierra rumbo a Canadá. Un vuelo insomne para la mayorÃa de los niños y niñas. La emoción del primer dÃa no les permitió descansar (tampoco a los grandes) De un verdor impresionante, la frondosa vegetación de Canadá nos dio la bienvenida, y una escala de 1 dÃa en la ciudad de Toronto nos permitió visitar Niagara Park. cuyo atractivo principal, las famosas cataratas, nos sobrecogió por su fuerza y hermosura. Almorzamos en el piso 13 del Sheraton, viendo el espectáculo del paisaje local. Entre ciudad y naturaleza, ambos entrelazados bellamente. Emprendimos un viaje de regreso al aeropuerto, con una espera de varias horas, que nos dio tiempo de comer y pasear tranquilamente. El vuelo a Londres, transportó a un grupo de niñas y niños agotados y durmientes (menos mal, los profesores estábamos exhaustos). Llegamos el 31 de agosto a nuestro destino final, un grupo de alegres y coloridos guÃas de Bell estaban ansiosos esperándonos.
Una nueva etapa comienza.